La última llamada antes de ir a dormir es cada día para su gente, durante estos días de las siete horas de diferencia que hay entre Cataluña y Tokio. La halterofilia Montserrat Alcoba Membrilla (1981), vecina de Castellbell i el Vilar, llegó el viernes a la ciudad sede de los Juegos Paralímpicos y hoy participará en el desfile de la ceremonia inaugural (13 h, TVE), en el Estadio Olímpico, que rendirá un homenaje a los atletas afganos que se han quedado sin viajar a Japón. En sus planes, una vez devuelta a la competición después de ser madre, el objetivo era París 2024, pero se encuentra en tan buena forma que consiguió el billete para la edición de la capital nipona. «A mí, el aplazamiento de un año me ha ido bien», explicaba a este diario el domingo por la noche.

Cómo está? Muchos atletas que fueron a los Juegos Olímpicos hablaban de las restricciones.

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Bien, estoy bien. El viaje fue muy largo, pero fuimos en un vuelo directo, un chárter de Iberia, y una vez llegamos tuvimos que hacer todos los pasos del protocolo, esperando en una sala, en asientos separados, nos pidieron datos por cuestiones de inmigración, nos hicieron el test de la Covidien, esperamos los resultados, después las acreditaciones, las camisetas, el bus, … y llegué a la Villa Olímpica seis horas después de aterrizar. Pero hubo compañeros que aún tardaron tres o cuatro horas más.

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